SE PERMITE SOÑAR
Gimnasia venció 71-61 a Deportivo Viedma en el Víctor Nethol por el tercer punto de la serie de cuartos de final. Maximiliano Segón fue el goleador de la noche con 23 tantos. Los del sur están arriba 2-1 en la serie donde, se jugará el cuarto punto el miércoles.
Foto: Matias Braicovich
Los Gladiadores estaban obligados a ganar o quedarían fuera de campeonato. Luego de las dos derrotas en el Sur del país, no fallaron: vencieron 71-61 a un conjunto de Hiriart que no mostró la misma cara que de local y le permite al lobo soñar. Un mimo para el público que, masivamente, se hizo presente en el Víctor Nethol, con el habitual color de los hinchas triperos.
El cotejo comenzaba difícil para el rival con un primer cuarto perdido 11-17 y un nivel preocupante: la solidez defensiva del rival se sumaba a la poca variante ofensiva del Mens Sana y carente de ideas para modificar el juego, parecía que, en el Poli había un clima de final de temporada y el sueño de Liga Nacional quedaba más lejos.
Sin embargo, a diferencia de lo que pasó en Río Negro, en el segundo tiempo el albiazul cambió la cara completamente. Rusconi y La Bella manejaron la pelota ante las figuras de Viedma y el local se impuso como el dominador del juego, con un Vassirani finísimo en la zona. Con un parcial 28-17, los gladiadores pasabaron al frente por primera vez en el juego y así sería el resto del partido.
Párrafo aparte para Maxi Segón que, con cinco triples seguidos, ayudó a marcar el camino del lobo cuando el visitante amagaba a reaccionar; partícipe claro en la victoria del equipo para el número 13.
El quinteto de César Adriani estuvo compuesto por Leonardo La Bella (5 puntos), Esteban Rusconi (2), Lisandro Villa (17), Maximiliano Segón (23) y Eduardo Vassirani (18). Desde el banco se sumaron Pedro Pérez (3 puntos), Juan Lancieri (2) y casi un minuto de Ignacio Zulberti.
El miércoles se volverán a verse las caras: desde las 21:30, el Víctor Nethol será testigo del cuarto punto, en la que Gimnasia necesita ganar para igualar la serie y forzar a un quinto partido, jugado en Viedma.